Les vàkes

Esto de la genetica es todo un mundo.

Esta mañana he escuchado en una emisora de radio que los científicos han descodificado el genoma de las vacas. Todo un adelanto.

Lo que me ha llamado la atención es que los seres humanos tenemos el 80% del código genético igual que el de las vacas. Vamos, que sólo nos separan de esos deliciosos seres un 20% de nuestro código genético. Qué alegría.

A mi siempre me han gustado las vacas. Son vagas, gorditas, sucias y están exquisitas. Además, comparto con ellas la afición por mirar interesadamente el paso de los trenes.

¿Qué nos separa? Supongo que una de las cosas que nos separan de las vacas es que los humanos (al menos yo) no tengo por costumbre en los fríos días invernales, cagar y sentarme encima del chorongo para aprovechar el calor. Supongo que no lo hago porque prefiero ponerme una chaqueta, un polar, una bufanda o simplemente pulsar el botón de encendido de la calefacción. Ahora bien, si en lugar de dedos tuviese pezuñas y en lugar de casa, viviese uen una cuadra... ¿quién me asegura que yo no haría lo mismo?

Ay la ciencia...