Salta la noticia en El Diario vasco sobre los menores internados en un centro de Legorreta que se han escapado y han protagonizado actos vandálicos, incendios incluidos. Son frecuentes estas noticias, en la zona de Goierri, Debabarrena... y los conflictos que hay entre estos menores y la población.
A raíz de esto se disparan los comentarios sobre lo que hay que hacer y lo que no. Algunos cargados de tristes tintes xenófobos.
La verdad es que estos menores delicuentes son un problema serio y yo no tengo excesivamente claro qué es lo que hay que hacer con ellos.
Pero los ciudadanos no tenemos que estar obligados a tener soluciones para todo, de hecho, en sociedad se eligen representantes y estos a su vez eligen asesores y técnicos para suplir nuestras carencias y "solucionarnos" los problemas.
Por tanto, como contribuyente está claro que la seguridad ciudadana no está garantizada. ¿No hay nadie que responda por ello? Pues no, los altos mandos policiales no están para bajar a la calle y asumir responsabilidades... así nos va.
Por otro lado los tutores legales de estos menores (supongo que la Diputación) está claro que tampoco es capaz de controlarlos y evitar problemas. No me extraña teniendo en cuenta quién ha dirigido (y dirige en funciones) los Servicios Sociales de la Diputación de Gipuzkoa.
También queda claro es que el modelo no funciona.
Por tanto habría que hacer una buena catársis e intentar dar solución a un problema real, que está claro que a día de hoy nos supera.
Por cierto, a todos esos que piden expulsar del país a los menores delincuentes... recordarles que hasta hace pocas décadas los delincuentes menores no eran extranjeros, eran simples yonkis "de aquí de toda la vida", nuestros vecinos, nuestros tios, nuestros primos... quién sabe, incluso los mismos que ahora piden poco menos que "la silla eléctrica" para estos delincuentes.
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