Bájatela, imprímela y pegala en el cristal junto a la tarjeta de la OTA!!

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martes, 2 de octubre de 2007

¿HELADO DE VAINILLA PARA LA NIÑA?

Las últimas semanas, parece que los medios de comunicación no tienen bastante con Ibarretxe, la supercumbre de las dos Coreas o el circo sangriento birmano... y se dedican a pronosticarnos un gélido invierno... La culpa, según ellos, está en que este año "toca Niña" (ver por cualquier web mas o menos seria en qué consiste el fenómeno de El Niño) y como en periodismo y pseudocientificismo lo más fácil es simplificar, pues eso, que toca frío.

Ante esta noticia, el sector eskialista ha empezado a comentar la jugada, y el tema del invierno crudo se ha convertido en el "Amén" del nuevo catecismo católico, o mejor dicho, catódico.

Es cierto que los años "de la Niña" suelen ser más frescos que los de El Niño, pero simplificar de esta manera es absurdo y ridículo. Hay mucha gente que muere de gripe, ahora bien, si yo mañana pillo la gripe, me tomo una aspirina y me meto en la cama... ¡pero no voy corriendo al tanatorio a elegir las flores!

El sumun del simplismo es afirmar que como el invierno (nuestro verano) ha sido frío en América del Sur, automáticamente este invierno va a ser frío en Europa.
En el tiempo influyen muchos factores que suman fuerzas, restan, compensan, descompensan los flujos, etc. por lo que afirmar que el invierno va a ser frío, sencillamente es decir gilipolleces. Recordemos hace dos veranos que la agencia metorologica-oceanográfica americana (que dicen son muy buenos) predijeron un verano record en huracanes. Resultado final cero huracanes. Recordemos que este verano que nos acaba de pasar por encima íbamos a morir achicharrados... resultado final, ya lo conocemos.

Otra cosa son los indicadores, tendencias, probabilidades e influencias.

Pero hay otra cuestión de fondo que "no se comenta". Un 50, 60, 70 u 80% de las condiciones climáticas vienen condicionadas por la interacción océanos-atmósfera. De hecho, nuestra existencia milenaria y nuestro día a día viene condicionada por la corriente del Golfo.
Últimamente (de hace unos meses a aquí) la corriente está muy debilitada, apenas remonta en latitud. La muestra la tenemos en que este verano no se han calentado mucho nuestras aguas.

Existe una teoría (meter en el google Wallace Broecker) según la cual durante el siglo XX las temperaturas del atlántico norte (donde nos encontramos) han aumentado porque las formación de aguas profundas en el atlántico norte ha aumentado.

Está claro que durante las glaciaciones la corriente del Golfo se ha debilitado o desaparecido. (Recordad la película "El día de mañana").
También está claro que este verano los hielos del Ártico se han derretido mucho más de lo habitual, o lo que es lo mismo, que se ha vertido más agua dulce en el mar, por lo que las corrientes termohalinas han variado.

Hay indicios, tendencias y datos que pueden indicarnos que viene un invierno fresquito. Pero también es cierto que hay cientos de mecanismos incidentes en el clima que desconocemos. Por tanto, es mejor esperar y a verlas venir.

Lo que no hay que hacer es caer en el tremendismo ni crear falsas espectativas.

Como pueden ver, los "calentamientistas" que me acusan de "enfriamientista", yo soy "pasotista". Lo que venga vendrá y como siempre, no pasará nada (nada que no haya pasado ya).

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