CARREFOUR MONACO

En mi periplo por la Costa Azul, aterricé en Mónaco.
Mónaco, si miras desde abajo hacia arriba o si lo miras desde arriba hacia abajo, es feo como el culo de un mono. Sin embargo, a pie de calle es bonito, al menos a mi me gustó. Al margen de la red de carreteras y autopista que hay bajo tierra (un lio), los pedazo yates (algunos con garage para dos cochazos), el oceanográfico, la ciudad antigua, los Grimaldi, etc.. lo más "famoso" es su Casino. Casino al que acude todo viajero que se planta en MonteCarlo. Evidentemente yo NO lo visité. ¿Por qué?
El Casino de MonteCarlo tiene dos partes: la "buena" (donde no me dejarían entrar) y la "mala" (donde sí me dejan entrar).
Como es lógico, para ir al casino populacho, pues como que paso, y mucho. Como dirían mis amigas, me la pela.

Así que durante mi visita al principado acabé metiéndome en el centro comercial Fontvieille, junto al puerto antiguo. Y como no podía ser de otra manera, me metí en el Carrefour.

Siempre es mejor ir a un carrefour glamouroso que a un Casino cutre.

Y la verdad es que me sorprendió. Para empezar el aparcamiento, allí aparca hasta el torpe más torpe con el coche más grande que os padis imaginar. Una gozada, abrir la puerta y no preocuparte por darle al coche que está al lado.
Por lo demás el supermercado, lo habitual, con sus ofertas (claro que sí), pero con pasillos que no existen en otros carrefoures, con productos caros y carísimos.

Alucinante la gente que va a hacer la compra. Algunos incluso llevan asistentes para portar las bolsas.