Hay días que podrían ser maravillosos, pero por algún motivo extraño no lo son. Empiezan con un dolor en el entrecejo, los ojos lloran, y cuando menos te los esperas litros de mocos fluyen por los agujeros de la nariz... primero de un lado, luego ese lado se tapona y empieza por el otro... la voz propia resulta algo más ridícula de lo habitual... y no te queda otra que beber agua, zumos, tomarte alguna aspirina o similar y procurar usar pañuelo de tela para no irritar en exceso la tradicional nariz piscológicamente convertida en probóscide...
2 comentarios:
Ya te gustaría ser tan joven como el pseudosintxan de la foto, jejejeje. Yo ya estoy con los últimos coletazos del catarro...
Qué recuerdos cuando has mencionado los pañuelos de tela... cuando se saturaban era como cuando se te acaban los klinex pero sin poder pedir uno a nadie. ;)
pero donde vas a comparar un pañuelo de tela saturado, bien lubricado, que no roza la irritada nariz con un kleenex nuevecito que parece lija...
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