GARGANTUA

Ya se fue el invierno... y la primavera.... y ahora los crios tienen 3 meses de vacaciones para alegrías porpias y desesperaciones progenitoras. Ley de vida.
Además oficialmente ya estamos en plena temprada de "fiestas", todos los santos habidos y por haber, todos los pueblos, calles, barrios, fiestas "porque sí"... Y nuestros queridos gobernantes "rompiéndose la cabeza" (lástima que sea en sentido figurado) para animar las calles y ofrecer alternativas de ocio (los modernos lo dicen así).
Inlcuso mi querido concejal de turismo y fiestas varias, que le gusta salir en las fotos del periódico más que un seminarista a un obispo, se "esmera" en buscar actividades.

Y todo esto para hablar de "Gargantua", ése gran olvidado que ha marcado nuestra infancia (al menos la mía). ¿Por qué en estos tiempos es casi imposible ver a Gargantua por las calles? Gran pregunta.
Ahora se llevan los concursos de karaoke, las tirolinas (arriba con el tirorirí-rorí, abajo con el tirorirorero...), los castillos hinchables, los juegos cooperativos, concursos de la play y demás historias.









Es una pena. Gargantua es "lo más". Un señor enorme con la boca abierta (y el culo en similar condición), que espera a los niños para que se metan por la boca, se deslicen por un oscuro parrapas (tobogán) que atraviesa sus entrañas para finalmente ser excretado por el santo y menospreciado agujero del culo o ano.
Resumiendo, que Gargantua es el precursor de las endoscopias, el mejor modelo para enseñar a los niños el largo, complejo y fascinante proceso de la digestión.

Más Gargantuas por las calles, por favor.