LOS PIES A REMOJO

Hoy El Diario Vasco recoge un estudio de AZTI sobre el ascenso del nivel del mar dentro de 90 años y las terribles consecuencias que tendrá sobre nuestra costa.
Según la crónica de J. Guillenea, es como para salir corriendo, pero analizando el reportaje y lo poco que se deduce del informe... más de lo mismo.
AZTI como entidad pública que vive en buena medida de la subvención tiene que hacer estudios "que vendan" (y el ascenso del nivel del mal por culpa del pobre CO2 vende) y El Diario Vasco tiene que vender periódicos (el aburrido y vacío debate de Rajoy y Zapatero no es que ayude mucho) así que en esta noticia se han juntado el hambre y las ganas de comer.

Como sabeis, todos estos futuribles se basan en modelos matemáticos de más que dudosa fiabilidad (hasta ahora al menos ninguno de los escenarios que se plantean desde los años '80 han dado una... ni de lejos) así que todas estas proyecciones que se hacen basadas en modelos yo no me los creo. Si alguien ha trabajado con modelos alguna vez (no de los de las pasarelas) sabe que meter un decimal de más o uno de menos, como quien no quiere la cosa, o sacarte una "k" en el lugar adecuado, te puede salvar el trabajo y obtener el resultado deseado.

Vamos, que me quedo antes con el pulpo Paul que con los modelos climáticos.

Para empezar en el artículo sólo tienen en cuenta el peor de los escenarios. Si no aciertan con el menos exagerado, como para acertar con el peor de todos...

Pero con las conclusiones -perdón por la expresión- me he descojonado. Dicen que las playas quedarán muy mermadas. A mi que el nivel del mar suba unos centímetros no me preocupa, lo que sí me preocupa es que durante décadas hemos mermado las playas pero desde el otro lado, desde el denominado backshore. Pero eso mejor no criticar.

Como ejemplo y ya de paso como foto, las recurridas olas contra el malecón de Zarautz, que por cierto, las conocen hasta los más viejos del lugar... lo cual dice bastante de lo excepcional de todo esto. Jajajaja.

En resumen, los mares no son estáticos, nunca lo han sido y nunca lo serán. Lo más fácil y bonito es descargar culpas y conciencias sobre el CO2.
Pero aquí el debate debería de ser otro. El tipo de urbanización que tenemos, el trato que hemos dado a la franja litoral, dónde hemos construido las casas y polígonos industriales o en qué estado tenemos los sistemas dunares y de marisma de nuestra maltratada costa.

Pero hay sitio para la esperanza. Después de tanta demagogia, el artículo recoge unas palabras del director de AZTI que a mi me llenan de esperanza: «la tierra no está en peligro, lo que está en peligro es el tipo de vida que tenemos»

Lo que digo siempre, si hacemos un agujero en la pueerrta del ayuntamiento de Zarautz encontramos arena, conchitas, restos de cangrejos y peces. El mar estuvo allí antes que nuestra casa consistorial. ¿Y si quiere volver qué?