Hace un par de años viví con alegría y esperanza el nacimiento de un nuevo diario local que competiría con el prehistórico El Diario Vasco. Se trataba de "Noticias de Gipuzkoa".
De alternativa potencial ha pasado a basurilla doméstica. Hay que reconocer que el objetivo lo han cumplido... ponerse a la altura de El Diario Vasco.
Al margen de tener la pagina menos actualizada del mundo y de haberse convertido en un simple y escueto "BOE" del "partido", el diario del que hablo se vuelve a meter en terrenos farragosos. Al margen de sus lloreras por el devenir de eitb (que ya cansan) ahora le da por el tema "CLIMÁTICO", en un ejercicio barato de acojonamiento colectivo y titulares al puro estilo "Daily Mirror".
En su web colocan una foto de la actualmente super-hidratada Australia con el titular "El clima enloquece". Pinchando en la noticia nos dirige al sigueinte titular: "2010 ha sido el año más cálido de la historia". Más abajo destaca que "El Siglo XXI, el más extremo"... pero uno se pone a leer y resulta que los huracanes registrados son inferiores "a la media". ¿Qué hay más extremo que un huracán? Para los señores de Noticias de Gipuzkoa parece ser que la nieve de diciembre del centro de Europa...
En fin, hablo de un periódico que pretende ser "de aquí" y situa Kuartango en Otxandio... hasta que un servidor les manda un mail... Tampoco se podía esperar mucho, ¡iluso de mi!
Es cierto que las inundaciones de Australia están siendo históricas... pero bueno, si leemos la Biblia (libro histórico donde los haya) también hay un pasaje en el que nos hablan del diluvio universal y un tal Noé, naviero de profesión y zoologo de afición. Pero claro, aquello estaba bien porque era obra del Señor y esto está muy mal porque es culpa del CO2...
La verdad es que estamos viviendo unos meses complicados. Aparte de las nevadas centroeuropeas de invierno (que fueron noticia por los aeropuertos, no nos engañemos), las inundaciones de Australia están siendo brutales (y parece que aun les queda). En Colombia, Venezuela y Brasil también han tenido precipitaciones torrenciales. En Pakistán y Sri Lanka más de lo mismo... en Argentina una sequía muy fuerte...
Atando cabos y viendo los datos no creo que la culpa sea del CO2... más bien de "la Niña". Fenómeno sencillo de explicar que pocos periodistas e informadores se preocupan por descubrir. Y además es un fenómeno -perdón por la expresión- más antiguo que "el cagar", natural y propio de este planeta caprichoso.
Pero siempre es mejor echarle la culpa al CO2.
Lo extraño es que Noticias de Gipuzkoa no haya echado la culpa de las inundaciones australianas a la nueva dirección de eitb... Dicho sea de paso la actual eitb es igual de mierda que la anterior, salvo una excepción: antes Antonio Álvarez Solís he animaba las mañas y tardes, mientras que ahora Tonia Etxarri me "invita" a echar la siesta.
He cambiado las endorfinas por la melatonina.
Sigue lloviendo en Australia.
3 comentarios:
Los periódicos siguen sirvinedo para lo mismo que han servido siempre: de papel secante. Haces pelotas con las hojas y las metes en las zapatillas mojadas y se secan. También recuerdo los periódicos viejos que tenía escondidos en el alto de Trabakua para ponérmelos en el pecho en la bajada cuando el presupuesto no me daba para mailots windstopper.
Ahora en vez de usar periódicos uso los folletos del Eroski y del Lidl para secar las zapatillas y un buen cortavientos para las bajadas.
Yo los folletos de Eroski (como en Zarautz no hay Lidl no nos mandan folletos) los utilizo como relajante intestinal cuando me siento en el trono. Es empezar a leer las ofertas y fluye todo de una manera alucinante.
La última vez que oí algo de lo de las inundaciones Australianas dijeron:
-Son las peores lluvias desde hace 50 años...
Luego hace 50 años hubo unas peores...
Y lo mismo pasa con los temporales de aquí, "es el peor temporal de los últimos 15 años" (la gente acojonada), osea, el de hace 16 años fue peor que éste,...
Y siguieron vivos??
Joder que fuerte...
Con esto no quiero quitar gravedad a las catástrofes del emisferio sur, solo decir que la vida sigue.
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