Bájatela, imprímela y pegala en el cristal junto a la tarjeta de la OTA!!

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sábado, 3 de abril de 2010

CAMP DE GURS


En la frontera entre Zuberoa y el Béarn se encuentra un pueblecito llamado Gurs. Podría ser un pueblo sin más, de hecho para muchos lo es. Pero no, este pueblo tiene un pasado negro, fruto de la locura del ser humano, que no conviene olvidar. La historia debe servir para que los errores del pasado no vuelvan a repetirse.

El campo de concentración de Gurs estuvo en funcionamiento desde 1939 hasta 1946. Una vez clausurado fue quemado y destruido, quedando en el olvido. En la actualidad se han restaurado y reconstruido algunos elemntos. Se ha acondicionado el cementerio judío y se han instalado placas explicativas de lo que allí sucedió.


El campo fue ocupado por miles de personas. En un principio republicanos españoles y gudaris vascos, posteriormente gitanos, homosexuales, pacifistas. Finalmente tras la isntauración de Gobierno de Vichy, albergó judíos enviados desde Alemania.
No fue un campo de exterminio ni de trabajos forzados, pero las condiciones extremas del campo conllevaron a la muerte de miles de reclusos, muchos de los cuales hoy descansan en el cementerio anexo.

Los reclusos se alojaban en débiles barracones, sin agua ni electrcidad, en un campo de barro y anegado por el agua. Había hombres, mujeres e incluso niños.
Se calcula que más de 60.000 personas poblaron este campo de concentración: 7.000 gudaris, 16.000 republicanos y brigadistas internacionales, 18.000 judíos...


Miles de judíos estuvieron "de paso" en Gurs, para finalmente ser enviados a Auschwitz. Desde estos andenes partieron decenas de trenes.


Hoy Gurs es un pueblecito tranquilo, agrario, rural. Por aquellos campos viven plácidamente los caballos, las vacas y los habitantes de la zona cultivan maíz sobre la tierra que en otros tiempos albergó el horror.

1 comentario:

ikerlaes dijo...

Vaya, sí que te has puesto serio...
La verdad es que estos sitios debían ser como el mismísimo infierno sobre la tierra.
Al igual que tú pienso que visitarlos es la mejor forma de no repetir los errores del pasado.
Cuando visité Auschwitz en 2003 me impresionó muchísimo.